24/11/15

Crema de rebollones y zanahoria

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Crema otoñal de rebollones y zanahoria
 


Hace unos días, mi suegro me trajo una cajita de rebollones (Lactarius deliciosus - También conocidos como rovellones o níscalos) que había recolectado él mismo del monte. Esa misma noche, nos preparamos un plato de rebollones a la plancha con picadillo de ajo y perejil buenísimos.

Pero lo que tenía ganas de preparar, era una deliciosa crema vegana con estas setas otoñales.

Tenéis que probar esta crema que, os aseguro, os ayudará a entrar en calor en estos días de frío polar. Es una crema con un sabor muy intenso y terrestre, que recoge matices otoñales gracias a la presencia de las setas de esta época del año.

La zanahoria le aporta una dulzura que se equilibra completamente con el sabor de las setas, resultando aún más sabrosa.

Con las fiestas navideñas a la vuelta de la esquina, os propongo esta receta vegana para esas cenas y comidas especiales y familiares, ya que un plato de caliente y de cuchara siempre es un acierto en esas fechas.

¿Quién de vosotr@s soléis recolectar setas silvestres?


Crema otoñal de rebollones y zanahoria
Imagen superior extraída de Wikipedia Commons



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Crema vegana de rebollones y zanahoria [Crema otoñal]


INGREDIENTES (3-4 personas)

6-7 rebollones/níscalos de tamaño medio
2 zanahorias
2 puerros
1 patata mediana
1 diente de ajo
1 cucharada de aceite de oliva (de 1ª presión en frío)
Sal del Himalaya o marina
Pimienta negra recién molida
Agua

Para la parte de arriba:
2-3 rebollones
1 diente de ajo
1 cucharada de aceite de oliva (de 1ª presión en frío)
Sal del Himalaya o marina
Pimienta negra recién molida



ELABORACIÓN


Pela un diente de ajo y pícalo junto el puerro. Pocha en una cazuela con 1 cucharada de aceite de oliva hasta que se ablande.

Limpia las setas con un paño humedecido para quitar restos de tierra y hojas de pinos,... Lamina los rebollones e incorpóralos a la cazuela. Saltea a fuego medio (con cuidado de qur no se queme el puerro) hasta que las setas comiencen a dorarse. Añade en este momento las zanahorias laminadas y la patata troceada. Salpimienta y cubre los ingredientes con el agua justa (hasta que queden sumergidos). Tapa y deja hervir unos 20 minutos.

Tritura todo el conjunto con la ayuda de una batidora (de brazo o de vaso) y rectifica, tanto de sal como de pimienta.

Trocea los 2 o 3 rebollones y saltéalos en una sartén bien caliente con 1 cucharada de aceite y el diente de ajo picado, hasta que se doren y queden crujientes. Salpimienta y sirve la crema con unas cuantas setas salteadas por encima. Riega con unas gotas del aceite donde se han hecho los rebollones.

¡Tomar bien caliente!


Crema otoñal de rebollones y zanahoria

10/11/15

Zumo de manzana, brócoli, espinacas y jengibre

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Zumo de manzana, brócoli, espinacas y jengibre (Licuado)


Pues sí, ya lo veis, yo también soy fan de los licuados verdes.

Como siempre me gusta decir, todo en su justa medida. ¿Qué quiero decir con esto? Que pese a que un alimento sea beneficioso para nuestro cuerpo, no debemos volvernos locas y abusar de él hasta la saciedad, ya que puede convertirse en algo perjudicial. Y, con esto me refiero a que con uno o dos licuados/zumos al día (preferentemente en ayunas) es suficiente. El resto del día tomaremos una alimentación bien balanceada, rica en frutas y verduras, además de cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas, y dando prioridad a alimentos no procesados y de cultivo ecológico.

Algun@s os preguntaréis... ¿pero no dicen siempre que es mejor tomar la fruta/verdura con su pulpa o fibra? ¿No serán mejores los batidos/smoothies que los zumos/licuados? Cada cual tiene sus beneficios y ventajas [Tomo nota para hacer un artículo sobre este tema ¿ok? jeje].

Mucha gente le tiene miedo a este tipo de bebidas especialmente por su color, pero no deberían tener prejuicios sin antes probarlas, ya que están deliciosas. La incorporación de licuados de verduras/frutas en nuestra alimentación diaria es una buena manera de apoyar nuestra salud.

Debemos saber que este tipo de bebida es deliciosa tanto de buena mañana (en ayunas) como a cualquier hora a modo de tentempie. Y que cuando tomamos la verdura y fruta en forma de licuado (sin fibra) y con el estómago vacío, los nutrientes que contienen, alcanzan rápidamente el riego sanguíneo.

Una recomendación importante: no olvides ensalivar bien cada trago.

Estos zumos/licuados, en su mayoría, son antiinflamatorios, anticancerígenos, alcalinizantes, desintoxicantes y ricos en enzimas, vitaminas, minerales y aminoácidos.

¿Os animáis a probarlos?


Zumo de manzana, brócoli, espinacas y jengibre (Licuado)


El de hoy, es antiinflamatorio (gracias al jengibre), anticancerígeno (debido al brócoli, perteneciente a la familia de las crucíferas, todas ellas con esta propiedad), rico en hierro (por las hojas de remolacha y espinacas) y con un sabor muy dulzón que se lo proporciona el tipo de manzana que he utilizado: Esperiega (autóctona del Rincón de Ademúz). Es importante decir que todo lo utilizado es de origen ecológico y que siempre que podáis, consumáis alimentos cultivados de esta forma.

Existen en el mercado diferentes máquinas para preparar este tipo de bebidas, como: licuadoras de prensado en frío (extractores lentos) o licuadoras comunes. Si no tenéis, también podéis hacerlo con una batidora y posteriormente, pasar el líquido por una bolsa (o colador) para hacer leches vegetales.

¡Venga, a ver qué os parece!


Zumo de manzana, brócoli, espinacas y jengibre (Licuado)

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Zumo de manzana, brócoli, espinacas y jengibre



INGREDIENTES (Para 500 ml. aprox)

2 manzanas (en mi caso son del tipo Esperiega)
3-4 ramilletes de brócoli
Un manojo de espinacas
Unas hojas de remolacha
1 trocito de jengibre

ELABORACIÓN

Limpia muy bien la superficie de tus frutas y verduras ecológicas (si no lo son, te recomiendo que las peles para eliminar la parte que está más en contacto con tóxicos y pesticidas).

Pásalas por la licuadora de prensado en frío. Disfruta.

6/11/15

Ensaladilla de invierno

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Ensaladilla de invierno (quinoa, remolacha, calabaza, patata y mayonesa vegetal o veganesa)



Con ingredientes propios de la temporada de otoño e invierno, podemos hacer esta deliciosa ensaladilla vegana cuyos protagonistas son la calabaza, la patata y la deliciosa remolacha. Este trío es complementado con unos granos de quinoa que le aporta todos los aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo necesita.

Es un plato que sorprenderá por su sabor 'terrestre', tan característico de los tubérculos, mezclado a la vez con notas dulces y untuosas de la calabaza. El toque crujiente y picante de la cebolla es un plus que le da una textura diferente.

Respecto a nivel nutricional, es una ensalada muy energética que puede considerarse, perfectamente plato único. En cuanto a vitaminas y minerales, lo más destacable es el alto contenido en hierro y magnesio (de la remolacha); potasio, fósforo y calcio, vitamina C y betacarotenos (de la calabaza).

Es interesante saber que la remolacha es un potente anticancerígeno gracias a su fuente única de betalaínas (pigmento que le aporta ese color tan característico), que han demostrado ser eficaces antioxidantes y antiinflamatorios.

¡Probadla y me contáis qué os ha parecido!


Ensaladilla de invierno (quinoa, remolacha, calabaza, patata y mayonesa vegetal o veganesa)




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Ensaladilla de invierno



INGREDIENTES (Para 3 personas)

3 patatas
1 remolacha grande o 2 pequeñas
1 trozo de calabaza (tipo cacahuete)
1/2 cebolla
Cebollino fresco
100 gr. aprox. de quinoa
1 cucharada de aceite de oliva (de 1ª presión en frío)
1-2 cucharaditas de zumo de limón
Sal marina o del Himalaya
Pimienta negra recién molida

Veganesa o Mayonesa Vegetal
100 leche de soja
Aceite de oliva (de 1ª presión en frío)
1 cucharadita de mostaza de Dijon (salsa)
1-2 cucharaditas de zumo de limón (o vinagre de manzana)
Sal marina o del Himalaya
Pimienta negra recién molida


ELABORACIÓN

Limpia, pela y trocea la patata y la remolacha, y colócalas en una vaporera (mejor no las mezcles para que no se tiñan las patatas del rojo de la remolacha, es decir, coloca a una parte la patata y en la otra la remolacha) y cuécelas unos 15 minutos (dependerá del tipo de patata), hasta que al pincharlas con un cuchillo o tenedor compruebes que están en su punto (ten presente no hacerlas demás porque sino se desharán).

[El hecho de cocinarlas al vapor en lugar de hervirlas es porque de esta manera conserva, prácticamente, todas sus cualidades nutritivas, ya que al no sumergirlas en agua no se diluyen ni sus vitaminas ni sus minerales.]

Pela y trocea la calabaza y colócala en un recipiente apto para el horno. Riega con un chorrito de aceite, salpimienta y hornea durante 15-20 minutos, a 180ºC a media altura. [He escogido el horneado porque le aporta un sabor especial y característico, pero si queréis omitir este paso podéis cocinarla, perfectamente, también al vapor].

Limpia muy bien la quinoa con agua, hasta que ésta salga limpia. Ponla en una cazo pequeño, con doble cantidad de agua hirviendo (1 parte de quinoa por 2 de agua), tápalo y deja cocer a fuego lento hasta que se absorba todo el líquido.
Una vez hecha, deja templar y alíñala con un poco de limón, sal y pimienta negra recién molida.

Para preparar la veganesa o mayonesa vegetal (os recomiendo que leáis el artículo publicado en Gastronomía Vegana donde lo explica todo detalladamente y está muy completo) coloca en la batidora (o en un vaso alto y estrecho para batidora de brazo) la leche de soja, la mostaza y una pizca de sal. Bátelo ligeramente a velocidad media, unos segundos. Si lo que utilizas es una batidora de brazo, no la muevas del fondo del recipiente aún.

Ves añadiendo un finísimo chorrito de aceite de oliva, muy lentamente, sin dejar de batir y sin levantar la batidora del fondo. Pasados 1-2 minutos se formará una emulsión. Ten presente de no mover todavía la batidora. Hasta aquí, habremos añadido más o menos, la misma cantidad de aceite que de leche de soja.

Siempre sin dejar de batir, añade un chorrito de zumo de limón (2 cucharaditas). La emulsión habrá ganado mucha consistencia, pero para hacerla más espesa, seguiremos añadiendo aceite con un chorrito fino y la salsa seguirá emulsionando/espesando. Si tu batidora es de brazo y ves que la salsa ha espesado, añade una pizca de pimienta negra y ya puedes mover la batidora de arriba a abajo. 

Comprueba el sabor y si ves que está muy suave puedes añadirle más limón, sal, pimienta e incluso ajo. Reserva.

Una vez ya preparados todos los ingredientes, es siguiente paso es montar la ensaladilla. 
En un bol mezcla la patata, la cebolla picada bien fina y el cebollino, picado también. Añade un par de cucharadas de veganesa y remueve suavemente para no deshacer la patata. Incorpora la calabaza y vuelve a remover. Puedes añadir más salsa si lo crees conveniente.

En otro recipiente, mezcla la remolacha con la salsa.

Monta la ensaladilla poniendo una base de la mezcla de patata, calabaza y cebolla. Encima coloca la remolacha y, finalmente, incorpora la quinoa por encima.

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Ensaladilla de invierno (quinoa, remolacha, calabaza, patata y mayonesa vegetal o veganesa)